Hoy mi madre me llamó para darme la noticia, ella estaba emocionada, creo que no pensó que viviría para ver el día de hoy, ella no me lo ha dicho pero creo que se ha reconciliado un poco con este mundo loco. Cuando llegué a mi casa le di un abrazo a mi padre, él me dijo “Agur ETA” e intentó fingir cierto escepticismo, porque es perro viejo, que sabe demasiado por viejo. Yo no sé qué hacer con esta felicidad, solo sé que desde que me enteré puedo respirar un poco más profundo, se me llenan un poco más los pulmones de aire, veo el vaso menos gris y un poco más lleno, me atrevo a asegurar que hoy el mundo, con todos sus defectos, es un lugar un poquito mejor. Nunca había tenido la certeza, de tener algo valioso que contarle a mis hijos el día de mañana. Guardaré la portada de 1,20€, los mejores invertidos de mi vida.
viernes, 21 de octubre de 2011
Mañana
El periódico de mañana, cuesta lo mismo que siempre: 1,20 €. Qué ironía, ¿Cuánto hubiésemos estado dispuestos a pagar por la noticia que veremos mañana en todas las portadas? Ochocientas treinta y nueve vidas después, ETA anuncia el fin de la lucha armada. Yo nací y ya existía ETA. No puedo recordar una vida sin que estuviera y por eso, nunca olvidaré el día de hoy. Desde que tengo uso de razón, el horror de sus atentados empañaba mi inocencia. Recuerdo el día de la muerte de Miguel Ángel Blanco en 1998, como el día en que me hice un poco adulta por dentro. Pudo haber sido con cualquier otra noticia, pero fue con ésta. Yo, como todos los españoles, tenía la esperanza, de que los terroristas mostraran compasión en el último momento. Pero era una ETA furiosa, despiadada, como la de hoy, pero con los dientes más afilados y cumplió la condición más horrorosa de su chantaje. Recuerdo a un país entero en la calle, llorando de impotencia, de dolor. Un antes y un después en la conciencia social colectiva de este país, ese día estábamos todos a una.
Hoy mi madre me llamó para darme la noticia, ella estaba emocionada, creo que no pensó que viviría para ver el día de hoy, ella no me lo ha dicho pero creo que se ha reconciliado un poco con este mundo loco. Cuando llegué a mi casa le di un abrazo a mi padre, él me dijo “Agur ETA” e intentó fingir cierto escepticismo, porque es perro viejo, que sabe demasiado por viejo. Yo no sé qué hacer con esta felicidad, solo sé que desde que me enteré puedo respirar un poco más profundo, se me llenan un poco más los pulmones de aire, veo el vaso menos gris y un poco más lleno, me atrevo a asegurar que hoy el mundo, con todos sus defectos, es un lugar un poquito mejor. Nunca había tenido la certeza, de tener algo valioso que contarle a mis hijos el día de mañana. Guardaré la portada de 1,20€, los mejores invertidos de mi vida.
Hoy mi madre me llamó para darme la noticia, ella estaba emocionada, creo que no pensó que viviría para ver el día de hoy, ella no me lo ha dicho pero creo que se ha reconciliado un poco con este mundo loco. Cuando llegué a mi casa le di un abrazo a mi padre, él me dijo “Agur ETA” e intentó fingir cierto escepticismo, porque es perro viejo, que sabe demasiado por viejo. Yo no sé qué hacer con esta felicidad, solo sé que desde que me enteré puedo respirar un poco más profundo, se me llenan un poco más los pulmones de aire, veo el vaso menos gris y un poco más lleno, me atrevo a asegurar que hoy el mundo, con todos sus defectos, es un lugar un poquito mejor. Nunca había tenido la certeza, de tener algo valioso que contarle a mis hijos el día de mañana. Guardaré la portada de 1,20€, los mejores invertidos de mi vida.
martes, 17 de mayo de 2011
Una chica como tú, en un sitio como éste
Sarai actualmente ha cedido su imagen a la firma http://www.perreta.com |
lunes, 11 de abril de 2011
La máquina de las primeras veces
FOTO: FrankLong |
La máquina de las primeras veces, borrará nuestros recuerdos, los que nosotros queramos, los borrará por completo. Así podremos volver a vivir sensaciones, momentos y experiencias como si nunca las hubiéramos vivido antes. Tal vez dicho así, no les parezca un hallazgo de la ciencia tan importante, pero ¿Y si les digo, que podrán escuchar por primera vez a Joaquín Sabina, oler como si nunca antes lo hubieran hecho la flor de la vainilla o ver por primera vez en la vida (otra vez) las imágenes del primer hombre llegando a la luna?
Me pregunto cómo sería de nuevo pensar por primera vez que nunca más te vas a enamorar como lo estas ahora, escuchar por primera vez un chiste de Jaimito y no saber quién es, oír hablar de un tal Shakespeare y flipar con su ocurrencia: “Ser o no ser, esa es la cuestión”. Con esta máquina generadora de primeras veces, no tendríamos prejuicios acerca de la Corrupción Política, ni estaríamos tan hartos de sus mitines e inauguraciones fraudulentas de última hora y pensaríamos:”¡Qué majos, con lo liados que tienen que estar y nos inauguran aeropuertos para que paseemos!”. También viviríamos por primera vez sin desvanecer en el intento, la sensación de querer un mundo mejor, sin estereotipos basura ni frases hechas y miraríamos otra vez la vida con ojos niños, remangandonos y gritando:" ¡Venga!, ¿Por donde empezamos a arreglar esto?"
Se que están pensando que jugaría en nuestra contra la falta de la valiosa experiencia pero quizá también construríamos nuevos puentes y toda suerte de desconocidas vías de comunicación. Volveríamos a leer la Biblia y El Corán y dado que la primera vez no entendimos nada, no nos volveríamos a equivocar tanto. “No quería decir burka, sino cariño “ o “No quería decir que quemáramos a los que no pensaban igual , sino que intentáramos aprender de ellos”.
¿Y qué me dicen de ver jugar a Maradona o a Zidanne, como si fuera la primera vez? “¡Este hombre no es de este planeta!” Volvería a exclamar mi padre. Debe ser fascinante no haber visto nunca una película de Alfred Hitchcock o Tim Burton y captar por primera vez ese halo misterioso y espeluznante de terror sin darnos cuenta. O no haber leído nunca 100 años de Soledad y admirarnos con su comienzo:”… Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo…”
La nostalgia de las primeras veces nos acompañará siempre, porque medimos la vida en la cantidad de primeras veces que nos quedan. Pero yo no creo que sea una cuestion de falta de tiempo, las primeras veces que nos queden, sino de ganas. El mundo está lleno de primeras veces esperándonos, hagámoslas bien y disfrutémoslas, porque siempre, siempre las recordaremos. Hagamos ese esfuerzo mientras yo ultimo los detalles de mi invento y vivamos cada instante a tope por si, son esos futuros instantes los que recordaremos toda la vida y a los que querremos volver.
viernes, 18 de marzo de 2011
urgente
00.00 - Ya estaba duchada y con el pijama puesto cuando me doy cuenta de que me duele la cabeza y no tengo aspirinas. Así que con el pelo mojado y de mala gana, me pongo unos vaqueros, un sueter de rayas con un abrigo de puntos, "total", y voy en busca de la farmacia de guardia. Me enrollo una bufanda al cuello, mas por tapar mi cara que por abirgarme y salgo a la calle. Ya en la calle me doy cuenta de que no tengo dinero encima así que voy a sacar con mi libreta de ahorros. Cuando entro en el cajero, me llevo un susto increíble porque aunque no es la primera vez que le veo, no esperaba encontrarme allí a aquel mendigo. Lo primero que inevitablemente siento es miedo. "Estoy sola, es de noche, podría forcejear conmigo y quitarme todo el dinero y la cartera o quien sabe, podría cerrar la puerta con el pestillo y violarme y aquí no se entera nadie" y... por suerte sus ronquidos interrumpieron mis paranoicos pensamientos y el hedor a alcohol que desprendía me hizo pensar que de poder levantarse no iría con tantos reflejos para armar tanto jaleo. Entonces, en mi línea de lucidez de pensamientos de la noche, decidí no hacer ruido para no despertarle. Metí la libreta con cuidado, tecleé mi número pin de forma casi imperceptible, y luego, todos los que tengan libreta de ahorros sabrán, que el proceso de sacar dinero con ella es, a los efectos sonoros, lo mismo que taladrar una pared de marmol. Miraba al mendigo y al cajero, al mendigo con miedo y pena ,al cajero enfadada. No se despertó. No sabe que estuve allí.Se habrá acostumbrado a convivir con la gente dándole lo mismo que la gente a él: INDIFERENCIA. "Espere mientras actualizamos su libreta", me dijo el cajero muy amable. Entonces, ya sin temor analicé aquella escena para comprenderla bien. Algún trabajador del banco, tuvo la "gentileza" de dejar unas cajas de cartón con el logotipo de la empresa, para que aquel señor no durmiera a ras del suelo. "Qué amables son los del Banco", -pensé- que me actualizan la libreta y le dan cartones a este señor para que duerma en el suelo". De vuelta a casa, y sin recordar qué me llevó a la calle realmente a las 00.00, empecé a pensar en el concepto de urgencia en nuestra sociedad; tenemos farmacias de guardia 24 horas, open cor`s para si a las 03.00 de la madrugada descubres que has olvidado comprar un televisor de plasma o un juego de sábanas, cajeros 24 horas para actualizar la libreta de ahorros en la madrugada... Pero qué poco sabemos del concepto urgencia, si presumimos de eso y sabemos que la gente nos duerme a ras del suelo.
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